conclusiones
. El individuo como eje central de la obra de arte
. La importancia de la obra de arte como documento
. Los aportes realizados por el artista
. El documento de archicvo como eje fundamental
. La imagen como objeto de estudio desde la historia del arte
. La pregunta por lo local
La obra de arte es el fruto de la actividad creativa de un individuo a través de la manipulación de ciertos elementos, que mediados entre el desarrollo de una técnica, la experiencia y conocimientos del creativo, llegan a materializarse. El artista no solo plantea la obra, busca el método y el material mas adecuado en el que la idea pueda ser plasmada, se transforme en objeto-materia y surja; utiliza el espacio pictórico como una especie de recipiente donde queda contenida la imagen, la obra.
Los artistas, escultores, pintores, arquitectos, fotógrafos, etcétera, insertan una brecha en el terreno de lo abstracto que concebimos como contenedor de todas las formas, texturas y colores, haciéndola visible al proporcionarle un soporte sensible. Al demarcar su forma, la obra se convierte entonces en un elemento de materialización de la imagen abstracta. Este proceso no sería posible sin la adquisición en el tiempo, de herramientas como los meta-lenguajes, la aptitud para el desarrollo de técnicas artísticas y de investigación y el conocimiento de las materias primas, todo esto sumado a una experiencia cultural considerable, lo que en términos de Bourdieu denominaríamos capital cultural. “El capital cultural es un tener transmutado en ser, una propiedad hecha cuerpo, convertida en parte integrante de la «persona», un habitus”. Pierre Bourdieu.
El párrafo anterior, sintetiza entre líneas los conceptos bajo los cuales se desarrolló este trabajo monográfico. Por medio de una estructura de tres capítulos, este texto trató de dar cuenta de algunos aspectos relevantes en la vida artística del escultor caldense Guillermo Botero Gutiérrez; aspectos que de una u otra forma marcaron su actividad creativa y que finalmente se vieron reflejados en el desarrollo de su obra.
Muchas son las reflexiones que quedan después de realizar este trabajo, algunas de ellas se convirtieron en bases fundamentales para el desarrollo de estas conclusiones en las cuales se reflexionó principalmente sobre los siguientes parámetros:
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Primero, la intención manifiesta de Botero Gutiérrez por posicionar al individuo como eje central de la obra de arte, expresando en las figuras que delimitó en sus esculturas las cualidades e intereses que el ser posee para comportarse socialmente. Estos intereses colectivos y populares, para él tenían unos alcances que deberían expresarse en rebeldía, en protesta, en gestos y palabras airadas, en “revolución”. Desde su particular línea evidenció las estructuras de un pensamiento liberal, forjado bajo las influencias que desde muy joven recibió de tendencias como el marxismo y el comunismo, especialmente en su periplo por el exterior, puesto que sus nexos artísticos e intelectuales fueron de manera preponderante, con personalidades afines y comprometidas con estas corriente ideológicas. Ahora bien, lo particular en su obra artística, es que esa afinidad ideológica no se manifiesta, o por lo menos no se percibe, como un arte-consigna o arte-panfleto; su obra en sí, conserva una especial representación propia de América latina, en la cual queda expuesta una estética que es particular de los diferentes pueblos y regiones de esta parte del continente.
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Segundo, la importancia de la obra de arte como documento, es decir, como en el crisol de un determinado espacio-tiempo, se mezclan y funden aspectos de orden social, cultural, político y económico de un determinado lugar, los cuales, para nuestro caso de estudio, fueron modelados, esculpidos y materializados por el artista en murales que con el pasar de los años se han convertido en testimonios materiales de un pueblo, de una región. Documentos claves para que entre sus líneas, el historiador del arte a través de una lectura atenta ponga a la luz del discurso historiográfico, la relación existente entre hecho histórico y objeto artístico.
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Tercero, la existencia de un número significativo de esculturas (Para nuestro caso, murales en madera) en espacios públicos y colecciones privadas, especialmente en la ciudad de Manizales, fomentó, junto con lo concluido anteriormente, el interés por reflexionar sobre la particular técnica de muralismo (Mural escultórico de gran formato, elaborado en madera mediante el procedimiento de talla directa) realizada por Botero Gutiérrez. Lo cual nos llevó a concluir, después de cotejar en diversos documentos (libros, catálogos, revistas, periódicos, textos académicos, etcétera), tanto locales como nacionales, que el desarrollo de esta técnica particular, hasta el momento en que este artista la empieza a ejecutar, no se había dado, o por lo menos, registrado en los anales artísticos de nuestro país. Punto importante para empezar a considerar dentro de los discursos historiográficos del arte colombiano, los aportes realizados por este artista a la plástica nacional.
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Cuarto, desde la perspectiva del trabajo de archivo, se incrementó el interés por auscultar más capas del objeto de estudio, esto fue surgiendo a medida que se iban realizando las consultas e indagaciones que fueron necesarias para ubicar las fuentes, tanto primarias como secundarias, y en los trámites y procesos que se adelantaron para poder acceder a estas. El haber logrado el acceso a archivos (fotos, cartas, bocetos, obras, películas, documentales, libros, etcétera) de instituciones públicas y privadas, coleccionistas de arte, familiares, amigos y allegados al artista, permitió descubrir documentos inéditos que se convirtieron en ejes fundamentales de esta investigación.
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Quinto, considerando el levantamiento del estado del arte, son muy escasos los textos en el panorama nacional que abordan puntualmente el tema de la escultura, desde una perspectiva amplia y que permitan articular elementos teóricos con el conocimiento de la realidad. Sin embargo, se pudo afrontar el hecho desde una perspectiva inductiva y puntual que profundizara en la imagen como objeto de estudio desde la historia del arte, enmarcando el trabajo dentro de una perspectiva analítica que permitiera dimensionar el desarrollo del símbolo (imagen), en el tiempo en que fue elaborado (época), al igual que su proyección al presente, o sea, su aspecto histórico-social (documento).
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Sexto, es importante anotar que en este trabajo, faltan por auscultar un número aun incierto de capas, dejando la puerta abierta a procesos que puedan ser desarrollados en estudios posteriores, en los que se profundice desde diferentes aspectos y disciplinas, sobre la obra escultórica de Botero Gutierrez. También es importante resaltar que este tipo de trabajos, que se preguntan por lo local, están siendo punto de partida para abrir la mirada a otras de las tantas producciones artísticas realizadas en la provincia colombiana, elemento fundamental que contribuye al análisis de las causas y consecuencias que confluyen en el modo de leer el arte contemporáneo y sus implicaciones en el desarrollo cultural del país.
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Finalmente, quiero resaltar, que con el surgimiento en el país de programas de pregrado y postgrado entorno a la disciplina de la historia del arte, sustentados bajo unos rigurosos y actualizados planes de estudio y orientados por profesionales con amplia trayectoria en este campo, se esta produciendo la aparición en el medio, de nuevos investigadores que desde sus complejos y minuciosos trabajos de campo, están haciendo aportes inéditos y fundamentales a la historiografía del arte colombiano.